MURALES CERÁMICOS

Al inicio, la tierra. El agua la transformó en barro. La mano conformó la idea. El aire resecó la materia. El fuego la petrificó y volvió inalterable. Los materiales y procesos se suceden de esta forma para conseguir el mural cerámico acabado. Este se construye con múltiples piezas trabajadas en volúmenes que reflejan la luz con intensidad y brillos diversos. El ensamble de todas las piezas consigue la imagen final que da sentido a la obra.

VIDRIOS GRABADOS

El vidrio, erosionado por la arena, refracta la luz en ángulos infinitos que inundan suavemente el espacio, generándose una atmósfera de luz indirecta que resulta a la vez envolvente y relajante. El contraste entre espacios transparentes y mateados dibuja y ayuda a dar forma a la representación; pero siempre de una manera sutil: el ambiente que genera la luz es el protagonista.

ESGRAFIADOS MURALES

La arena y la cal, amalgamadas con el agua, crean una pasta adherente que reviste las paredes con singular fuerza. Mientras la pasta está fresca, puede recibir presiones, pigmentos… La presencia del color, aplicado al fresco, enriquece los recursos expresivos de una técnica sencilla y eficaz que entronca con modos de construcción tradicionales.