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Sábado, 12 de octubre de 2013

Con el cosmos al fondo

Hoy presento unos bajorrelieves que “acompañan” a unas esculturas y que pretenden realzarlas y separarlas del entorno circundante. El trabajo tiene su origen en el deseo de una parroquia segoviana de que dos imágenes de madera en su color natural se apreciaran algo más pues el fondo de la pared era algo obscuro. A su vez no podían destacar demasiado, pues toda la pared es un esgrafiado en el que se narra una historia con sus personajes y su hilo argumental. En resumen todo esto no podía ser lo protagonista del templo.

Así queda la escultura, en este caso de María con el niño Jesús, con la incorporación del fondo.
Estos fondos son un bajorrelieve de madera policromada. En el caso de la imagen de la Virgen, el fondo es una estrella o flor de seis lóbulos.

El segundo panel tiene un sentido vertical y una irradiación periférica. Sirve de fondo a una imagen de San Frutos, patrono de Segovia.
Así queda el conjunto. La sensación general que he querido transmitir es la de energia, irradiación hacia afuera, emisión de claridad y luz de los santos hacia el exterior …
Desconozco quienes son los autores de las esculturas. La de San Frutos es del siglo XX, y la de la Virgen del siglo XVI y policromada en origen. Todo ello está en la parroquia de San Frutos en Segovia.
Sábado, 5 de octubre de 2013

La cerdita “Segovia”

Hoy os presento un trabajo realizado a principios de este verano.
Por iniciativa municipal, y para una serie de exposiciones y actividades realizadas en las fiestas de Segovia, se propuso a una serie de artistas (aproximadamente 30), pintar una escultura de escayola con los motivos y colores que a cada cual se le ocurriese.
Como véis en las fotografías la escultura que nos proporcionaron a todos era la de un cochinillo de tamaño natural.

Desconozco el porqué de la elección de ese animal: si sobre todo hay un interés por publicitar el plato fuerte de nuestra gastronomía, o si también pesa el hecho de ser un animal totémico para nuestros ancestros celtibéricos, pues como sabéis elegían al toro o al verraco como icono o animal mágico.
Yo me he agarrado a esta idea, y pinto sobre la piel de la cerdita “Segovia” una ciudad que la recorre de cabo a rabo, y que es ella misma.
No tengo fotografías de los momentos en que la piara de cerditos estuvieron juntos; pero si os puedo decir que era un grupo multicolor y de lo más divertido.